Antes de comenzar a hablar de la historia de la arquitectura industrializada es importante que conozcamos que la industrialización o prefabricación abarca desde la realización de partes del edificio en fábrica hasta la realización completa de unidades habitacionales que se transportan en un alto grado de finalización.
I. Un salto al origen de la construcción industrializada
Una vez aclarado este concepto básico echaremos la vista atrás, a principios del siglo XIX, fecha en la cuál se fijan las primeras construcciones realizadas sobre bastidores de madera en Chicago, construcciones montadas antes de conocer su emplazamiento final, sistema que posteriormente fue denominado Balloon frame.
Dicha construcción realizada a base de listones de madera de diferentes secciones y separados aproximadamente 400 mm permitía levantar edificios de hasta tres aturas con un bajo coste, debido principalmente a tres factores, la utilización de madera del lugar, el desarrollo de la sierra de vapor, así como la fabricación automatizada de clavos, es decir, la evolución de la industria supuso una evolución en la historia de la construcción industrializada.
El Balloon frame fue el antecedente de la construcción por bastidores de acero galvanizado utilizado en la actualidad, y conocido como Steel frame.
De forma paralela se comenzaron a producir en Inglaterra las Colonial Portable Cottages, viviendas prefabricadas embaladas. El destino de dichas viviendas prefabricadas eran las colonias inglesas. Dichas viviendas partieron de la premisa de la racionalización de la construcción, utilizando medidas estándar de la industria de la madera, tanto para la estructura (pilares y vigas) como para carpintería y fachada, reduciendo el peso y el volumen a transportar.
Tanto la construcción basada en las Balloon Frames como las Colonial Portable Cottages tenían un denominador común, la utilización racional de los materiales y la facilidad de montaje y desmontaje, incluso por mano de obra no cualificada.
Por tanto, la industrialización de la vivienda tiene su propósito inicial en la construcción de casas prefabricadas en grandes cantidades, de manera rápida, precisa y a un bajo costo, derivada de las necesidades de realizar construcciones, por ejemplo, en colonias extranjeras, campamentos militares o asentamientos de emergencia. Hoy en día no existen esas necesidades de construcción, pero al igual que en otras industrias tenemos que ser capaces de industrializar el proceso para conseguir viviendas industrializadas a su entorno, pero todas ellas con un denominador común.
Años después nos encontramos en Europa con el primer proyecto realizado de forma industrializada con estructura metálica, en este caso acompañada de vidrio, se trata del archiconocido Crystal Palace de Joseph Paxton, realizado en 1851, el cuál fue el proyecto seleccionado por ser la propuesta más barata y de rápida ejecución para la realización de un invernadero de 72.000 m2. Lo revolucionario de este edificio fue la aplicación de la tecnología con materiales íntegramente industrializados.
Tenemos que avanzar en la historia de la arquitectura industrializada hasta 1908 para encontrarnos con otro tipo de viviendas por catálogo, también realizado con estructura y cerramientos de madera, conocidas como Kit Houses, producidas por la compañía Sears Roebuck & CO. En este caso todas las piezas componían un kit embalado, como si de un mueble de IKEA se tratara, con todos los componentes y accesorios de montaje provistos por el fabricante, salvo aquellos a realizar in situ, como las cimentaciones. Con la producción en serie de los elementos constructivos y la modulación de estructura y carpintería se redujeron los tiempos de ejecución en un 40%, llegando a venderse millones de ellas en Estados Unidos.
Seguidamente nos encontramos con Frank Lloyd Wright, uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX, el cuál desarrolló entre 1911 y 1917 un sistema denominado The American System-built Houses para la firma Richards Company, con centenares de planos en los que especificaba como producir de forma industrial partes de edificios, proponiendo en sus dibujos, más que modelos preestablecidos, un sistema de configuración y crecimiento. Dicho sistema no tuvo mucho éxito.
II. La Primera mitad del siglo XX
Uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, y que más ruido produjo entorno a la arquitectura industrializada, es Charles Édouard Jeanneret-Gris, más conocido como Le Corbusier. Fue muy criticada su definición de vivienda como la máquina de habitar, definición influenciada por su pasión por los automóviles y aviones, debido a sus diseños prácticos y funcionales.
En 1914 patentó un sistema fundamentado en cinco puntos: 1) Estructura sobre “pilotis”; 2) Planta abierta; 3) Fachada libre; 4) Ventana longitudinal; y 5) Terraza jardín. Todo ello consistente en un entramado estructural de losas y pilares denominado Maison Dom-ino.
A partir de éste sistema realizó muchos proyectos de viviendas industrializadas, llegando a proponer un sistema de parrilla estructural, denominado Brevet 2,26 x 2,26, propuesto para Roq et Rob en Cap Martin, que se quedó en proyecto pero que fue la base para la ejecución de otros proyectos con un sistema estructural compuesto por una parrilla de perfiles delgados metálicos, resultado del cual se construyó en 1932 el Pabellón Suizo en la Ciudad Universitaria de París.
En uno de los capítulos de su libro “Vers une architecture” (1923), concretamente en el denominado “Casas en serie”, hizo referencia a la producción de casas de manera industrial.
En 1930, en Estados Unidos, se desarrollan dos modelos de vivienda: las General Houses (General Electric) y la Motohome (American Houses), de características muy similares, aplicando los últimos avances de la industria en la realización de paneles portantes, inicialmente de acero, con núcleo de aislamiento térmico. Este tipo de vivienda requería de personal especializado para su montaje.
Poco después, entre 1930 y 1940 nos encontramos con el primer ejemplo de vivienda modular tridimensional transportable, las House-on-wheels, que poco a poco fueron convirtiéndose en viviendas definitivas debido a la existencia de parques de caravanas donde podían instalarse de forma permanente.
Siguiendo la línea cronológica de la historia de la vivienda industrializada nos toca dedicarle unas líneas a Richard Buckminster Fuller, quien planteó un sistema ligero de elementos estructurales sometidos a compresión, atados mediante cuerdas que trabajaban a tracción, como si de un puente colgante se tratara, bautizado en 1930 como Dymaxion House, y rediseñado en 1945 con el nombre de Wichita House. Solo se construyeron dos modelos. El logro de Buckminster fue repensar la industrialización como sistema para abordar deficiencias percibidas en las técnicas de construcción de viviendas existentes.
La forma venía marcada por un principio natural de convección, en la que el aire circulaba a través de cámaras situadas en el suelo, reconduciéndolo por el resto de la vivienda. En general, sus edificios eran pensados aprovechando los recursos naturales, disminuyendo la cantidad de materiales y reduciendo los costos, siendo uno de los pioneros en lo que hoy conocemos como construcción sostenible.
La producción en cadena de viviendas contó también con el apoyo de otro grande de la arquitectura, el alemán Walter Gropius, fundador y director de la escuela Bauhaus. En un concurso realizado en Sttutgart con la presencia de los mejores arquitectos del panorama, propuso una vivienda totalmente modular, construida con materiales secos y con una estructura ligera de metal revestida con paneles de fábrica.
Pero, sin lugar a dudas, su contribución más importante a la vivienda prefabricada fueron las denominadas Packaged houses en 1942, proyectadas junto al arquitecto alemán Konrad Wachsmann, y basadas en ensambles de unos paneles de madera, unidos por pletinas metálicas, en L, T y X.
Por desgracia no se produjeron más de 200 viviendas de este tipo, debido a que sus costes eran elevados al no haber tenido en cuenta las dimensiones estándares que se manejaban en la industria estadounidense. Además, su principal error fue entender la vivienda industrializada como un producto en vez de como un proceso ligado a factores externos como la comercialización, la legislación, el transporte o la resistencia del terreno.
Las Case Study Houses aparecieron a partir de 1945, debido a una iniciativa de una revista que convocaba concursos para realizar casas modernas con materiales industrializados.
Se realizaron alrededor de 30 proyectos, como por ejemplo la diseñada por Ray y Charles Eames, para su uso personal: la Eames House, también conocida como Case Study House Nº 8, tenía como objeto su posterior comercialización a partir de un catálogo que nunca se realizó. Lo novedoso de este proyecto fue la utilización de pilares y vigas metálicas aligeradas, con cerramiento de cubierta de chapa de acero plegada, sin revestir, todo visto como si de una nave industrial se tratara. Ese aspecto austero contrastaba con la decoración interior, compuesta de objetos de diseño que la pareja adquiría en sus viajes.
Otra Case Study House que supo plasmar el diálogo entre la industria y la arquitectura moderna fue la Fields House o Case Study House Nº 18, diseñada por Craig Elwood. La estructura de esta casa prefabricada era tubular ligera, con paneles prefabricados de cerramiento, ya fueran opacos o traslúcidos y una cubierta plana metálica. La utilización de paneles con distintos acabados permitía dotar a la vivienda en una zona de privacidad y en otra de carácter más abierto y público, abriendo vistas hacia la piscina y la panorámica de la ciudad. Elwood resolvió con pocas piezas su vivienda, reduciéndose a tubos de sección cuadrada de 2 x 2 pulgadas, paneles rectangulares ligeros y perfiles angulares para fijar dichos paneles, por lo que su empleo de las materias primas puede considerarse racional, siendo este un principio de la arquitectura sostenible.
Hacia 1947 nos encontramos con las AIROH Houses, viviendas que apostaban por la innovación en los materiales: paneles de estructura de perfiles extruídos y cerramientos de aluminio rellenos de hormigón celular revestidos interiormente de yeso, estructura y cubierta también de aluminio, manteniendo la forma tradicional de construir únicamente en el forjado, realizado en su totalidad en madera. Cada vivienda estaba formada por cuatro unidades distintas, llegando a ensamblarse cada una de ellas en tan sólo 12 minutos.
III. La segunda mitad del siglo XX
Otro grande de la época fue Jean Prouvé, en este caso ingeniero metalúrgico, desconocedor de la arquitectura pero gran conocedor de la técnica debido a tener su propio taller. Gracias a ello el Ministerio de Reconstrucción Francés le encargó en 1949 catorce casas prefabricadas en Meisons Meudon, cerca de París. Construcción realizada con entramado metálico, pórtico central y cerramientos de paneles sándwich de madera o metal, sistema constructivo conocido como Metropol, todo ello apoyado sobre muros de mampostería. Algunas de sus casas llegaban a la obra completamente acabadas, preparadas para entrar a vivir.
Prouvé era un apasionado de los experimentos, lo que le llevó perder su propia fábrica y finalmente a arruinarse. Al final de su vida profesional, en un alarde de reciclaje, construyó su propia casa en Nancy en 1954, con restos de la antigua fábrica, demostrando que los componentes industrializados podían intercambiarse y que sus ideas de prefabricación eran perfectamente aplicables.
Un año después, en 1955, comenzaron a fabricarse las Mobile House, vivienda modular tridimensional transportable, respuesta a las restricciones existentes en EEUU sobre las House-on-wheels, debido a que esas últimas se realizaban sobre ruedas. Las Mobile House se transportaban sobre plataforma de camión y para poder instalarlas de forma definitiva en su ubicación era necesario utilizar un sistema de izado mediante grúa, lo cual daba como resultado una estructura más robusta que las House-on-wheels.
Años más tarde, en 1967, se realizó un concurso en Montreal (Canadá), para una nueva área residencial, resultando ganador un proyecto de construcción industrializada, en este caso en hormigón prefabricado, Moshe Safdie. Se fundamenta en un complejo entramado irregular, sobre el que reposan células de vivienda de 5,3 x 3,0 x 11,5 metros. Los 354 módulos que componen el proyecto se unen entre sí para sostener el edificio.
Como hemos podido comprobar muchos de estos proyectos y avances llegan de la mano de un concurso, lo cuál ocurre también con el arquitecto Richard Rogers, ganador de un concurso de vivienda en 1968, en el que planteaba una vivienda industrializada, la Zip-up House, que aunaba innovaciones técnicas y el interés ambiental, con la utilización de sistemas y materiales que buscaban la eficiencia energética así como la utilización de energías renovables.
En 1969, se ponen en marcha el sistema constructivo Metastadt por la empresa Okai, gran empresa de prefabricación alemana. Dicho sistema fue desarrollado desde 1965 por Richard Dietrich, y en este caso estaba realizado mediante módulos prefabricados ligeros formados por perfiles de acero atornillados de 4,20 x 4,20 x 3,60 metros. Este sistema era más que un sistema de prefabricación, llegando a verse como un sistema de configuración urbanística.
Ese mismo año otro concurso en Canadá dio como ganador un sistema, que nunca se llegó a comercializar, Stelco House, desarrollado por Barton Myers Associates. Dicho sistema estaba basado en un sistema tridimensional de 3,60 x 3,60 x 3,60 metros, y cuya característica más interesante era que incluía un catálogo de productos y guía de montaje que permitía a personal no especializado poder montarlo de manera sencilla, pudiendo, llegado el caso, recuperar los materiales debido a la utilización de juntas desmontables.
Partiendo de una premisa que hoy en día también nos planteamos, el coste del transporte, nacen en 1970 en el estado de Florida las Manufactured Home, casas montadas completamente en fábrica de dimensiones 2,44 x 12,00 metros y cuyo principal interés radica en la realización de una estructura que permitía posteriormente su reubicación o reutilización de los materiales.
En Finlandia un año después, en 1971, Gullichsen y Pallasmaa desarrollan el sistema Moduli 225, de 2,25 x 2.25 x 2,25 metros. Se trata de un sistema industrializado en madera pero con la innovación de la pieza de unión espacial donde confluyen seis piezas, realizado en acero.
El arquitecto japonés, Kisho Kurokawa, diseñó en 1972 el Nakagin Capsule Tower, un edificio de 140 pequeños apartamentos realizados en células de hormigón prefabricado, llegando a la obra completamente acabados y preparados para su unión al fuste central, realizado en hormigón in situ, mediante cuatro anclajes metálicos.
Para concluir con este recorrido por la historia de la arquitectura industrializada me parece oportuno hablar de unas viviendas que se asemejan a nuestro concepto de industrialización tridimensional, las Modular house, una casa prefabricada concebida por Paul Rudolph y fundamentada en los principios de los contenedores marítimos, y claro ejemplo de vivienda modular tridimensional transportable, la cual llegaba a su ubicación definitiva con un nivel de acabado casi total, a falta del posicionamiento sobre la cimentación, conexionado de instalaciones y uniones entre los módulos. Se trata de módulos de entre 2,50-3,50 metros de anchura y de 6,00-12,00 metros de longitud, con un peso de aproximadamente 200 Kg/m2 y desarrollados a partir de 1975, que permitía la superposición de unidades en altura.
Como hemos podido comprobar en este pequeño recorrido por la historia de la arquitectura industrializada hemos pasado de la construcción íntegra en madera, pasando de forma anecdótica por la realización de módulos prefabricados de hormigón armado hasta la ejecución de estructuras de acero industrializadas, revestidas de diversos materiales, adaptándose a las diferentes necesidades; abriendo o cerrando huecos, cegando con paños transparentes, traslúcidos u opacos y, lo más importante, consiguiendo una serie de objetivos en relación a la reutilización de materiales, sostenibilidad, eficiencia energética y utilización de energías renovables que hace que sea para nosotros la construcción insignia de la arquitectura industrializada.
Ya hemos visto el pasado, pero ¿cuál es el porvenir de la Arquitectura Industrializada? En esta página de viviendas prefabricadas hacemos un pequeño balance del futuro más inmediato y el horizonte que se abre con el nuevo siglo.