El tiempo es oro. Es un dicho antiguo pero hoy es más aplicable que nunca, especialmente con los largos plazos de entrega requeridos para la mayoría de los proyectos de construcción. La duración de un proyecto impacta en el valor final. Si un complejo de apartamentos puede completarse cuatro meses antes, esto se traduce en cuatro meses de alquiler adicional. Si un nuevo dormitorio se puede completar un semestre antes, eso ahorra el coste de alojamiento temporal o alternativo durante ese período de tiempo completo.
También existen otros costes relacionados con el tiempo: las molestias impuesta a empleados, profesores, estudiantes, pacientes, inquilinos y / o clientes durante la construcción. ¿Y cuál es el coste del ruido, las barricadas, el corte al tráfico y el equipo pesado en el lugar de la construcción? Es difícil cuantificar de la misma manera que el alquiler, pero de todos modos es significativo.
La capacidad de completar un proyecto de forma más rápida (a menudo unos meses antes) es una de las razones clave por la que cada vez más escuelas y empresas eligen la construcción modular. La arquitectura modular tiene una ventaja significativa por encima de la construcción tradicional: aprovecha la construcción simultánea. Este es otro nombre que se le da a “trabajar en varios lugares al mismo tiempo”. Con la arquitectura modular, la base y otros trabajos del pie de obra pueden continuar mientras los módulos se producen en la fábrica.
Aquí os mostramos un gráfico que encontrarás en muchas presentaciones sobre construcción modular y que se utiliza para ilustrar este punto. Veámoslo con más detalle:
El gráfico de la parte inferior con cuadros amarillos representa el “programa de construcción modular” y contrasta con el “programa de construcción convencional” en la parte superior. En ambos, el diseño, la ingeniería, los permisos y las licencias deben completarse por adelantado. Esta es la fase de planificación que asegura el cumplimiento y establece las especificaciones utilizadas para crear el edificio. Ambos procesos requieren atención a los detalles y la aprobación antes de iniciar la construcción.
Después de que se completen la planificación y el diseño, el proceso modular difiere de la construcción convencional. La construcción convencional exige un proceso paso a paso donde cada fase debe completarse antes de pasar a la siguiente. Primero, se excava el sitio, luego se vierten los cimientos, luego se encuadran y se tejen, a continuación se instala la fontanería y electricidad, después los paneles de yeso, etc. Cada paso depende de que el anterior se haga para poder pasar al siguiente.
La construcción modular funciona de manera diferente porque aprovecha la construcción simultánea y divide el trabajo en dos caminos: (1) trabajo en el sitio y (2) construcción fuera del sitio, en la fábrica. Debido a que los módulos se construyen fuera del sitio, a menudo hasta en un 80%, este proceso se puede llevar a cabo al mismo tiempo que la preparación de las conexiones de cimentación y de servicios. Entonces, cuando los módulos llegan al sitio, simplemente se izan o mueven a la base completa y se conectan rápidamente a estos sistemas. Este es un proceso digno de ver. Los vecinos que vayan diariamente al trabajo verán una parcela vacía por la mañana y un edificio casi completo cuando lleguen a casa. El entorno controlado de la fábrica y las herramientas especializadas utilizadas para crear los módulos también ayudan a que el proyecto avance más rápido. El dinero ahorrado debido a esta aceleración es significativo.
La construcción simultánea acelera el proceso y convierte el tiempo en dinero.